Mala suerte la mía,
eso de estar sin verle unos días,
me recorre una onda fría,
se dispara la vena romántica,
y ni la luna conmigo es simpática,
cuando ni sus secretos me confía.
Y lo admito, soy demasiado egoísta,
pero si pudiese pedir un deseo
sería entrar en su maleta,
demasiado fantaseo.
Echaré de menos su sonrisa,
su dosis de besos, mi medicina,
que acaricie mi espalda, su mirada,
vuelve pronto, no pasa nada.
Confía en mí,
confía en nosotros,
estoy aquí, eres real,
no me cabe duda, también esencial,
todo lo demás da igual,
solo hay un miedo en mi cabeza,
y es el miedo al final,
que se asienta con sutileza,
y me arrastra al canal,
me agarras con delicadeza,
y todo el temor con la corriente se va.
Pero hay una corriente distinta,
pura y con buena pinta,
caudal de sensaciones
que acentúa corazones,
donde nacen las presiones,
y desembocan las emociones,
donde tu piel a la mía conoce
y se enredan nuestras voces.
Y nuestro nuevo reto
cuyo nombre es distancia,
se interpone entre nosotros,
y ganamos con ventajas.
Recuerda el tiempo pasado,
aunque no lo parezca estoy a tu lado,
eres para mí, constante frenesí,
te espero con tu recuerdo en mi cabeza asentado,
y un te quiero en el corazón guardado,
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