¿Quién es tu conciencia? La mía tiene nombre y se llama paciencia.
Me dirije la palabra solo cuando ve que no hay fuerzas, cuando no encajan las piezas. Yo sin embargo me muero por bailar con ella, por ser su amiga y por encontrar un apoyo incondicional en su experiencia. Algunos días estoy triste y es entonces cuando acudo a lo más profundo de mí y la encuentro a ella, me mira, me sonríe y suelto la botella, después me regala una nueva dosis de su medicina, para sustituir las lágrimas por una sonrisa de las buenas, que alucinas. Es ahí cuando veo la falta que me hace, el daño que solo el tiempo cura, consigue evitarme la locura, capaz de que el sufrimiento rechace, capaz de que una sonrisa me abrace. Y me muero si no está conmigo, si me falta mi paciencia, ¿qué será de mi conciencia? Pienso en bajo para que nadie sepa lo débil que me vuelvo si no es por su existencia. Es parte de mí, ha caminado conmigo en mi adolescencia, me sigue a todos lados y si algún día me deja olvidaos de mi decencia. Créeme, la mente sobrepasa a la ciencia, la supera con creces la mayoría de las veces, es el pilar de las relaciones, el soporte de muchos corazones, y la paciencia el componente por excelencia para mantener una relación basada en la coherencia, no lo niegues, esto solo ha empezado y tenemos a esta amiga de nuestro lado, confía, espera y vive el día a día, que el amor llega y no hace falta ninguna guía.
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